Las últimas semanas hemos visto en distintas ciudades las consecuencias del cambio climático, en Estados Unidos vivieron olas de calor intensas, en Bélgica se han inundado ciudades por las lluvias que excedieron los parámetros conocidos y en el sur de Brasil las olas de frío hicieron caer nieve en lugares donde nunca había pasado. Todo esto es resultado del calentamiento del planeta dado por el uso excesivo de combustibles fósiles, la deforestación y la falta de responsabilidad en la disposición de residuos y cada grado de aumento en la temperatura del planeta, genera cambios drásticos con resultados desastrosos.
La moda no es una industria ajeno a estos impactos negativos, el cultivo de algodón, el teñido de telas y el traslado de las materias primas y productos finales, generan grandes emisiones contribuyendo al contexto global
Exposición @wechangefashion Nueva York Octubre 2018
El 2015 las emisiones de efecto invernadero de la producción de textiles alcanzó 1.2 billones de toneladas de co2 superando las emisiones de los vuelos internacionales y los envios marítimos combinados. Además la industria tiene un efecto directo en las comunidades donde está basada, afectando negativamente a agricultores, empleados de las fábricas y habitantes de los alrededores, ya que utilizan sustancias tóxicas a largo plazo, fertilizantes en grandes cantidades en los campos de algodón y se desechan grandes volúmenes de agua con químicos. (Ellen MacArthur Foundation, A new textiles economy: Redesigning fashion’s future)
"Si quieres saber el color tendencia de esta temporada, solo mira este río" Dicho popular en Zheijiang Qiantang, zona de ríos en China. Exposición @wechangefashion Nueva York, Octubre 2018
Por otra parte es una de las industrias más influyentes en el comportamiento de las personas y determinante en las economía de varios países, “la industria de la moda significan 2.4 trillones de dólares y emplea aproximadamente a 60 millones de personas en el mundo” (https://unfashionalliance.org/) Estos numeros nos hablan de la magnitud de esta industria, que queramos o no, nos mantiene como consumidores cautivos a la gran mayoría de los habitantes del planeta.
Todos los impactos negativos mencionados anteriormente, suceden antes de que el cliente compre una prenda en una tienda, porque una vez que una prenda llega al cliente empieza a “vivir” la segunda parte de “su vida”, es decir el uso que le dará la persona que la compró, y como la desechará. Actualmente el número de veces que usamos una prenda ha caído abismalmente, si antes podíamos conservar prendas por 5-6 años, hoy es raro tenerlas o que duren más de dos años, lo que provoca que la producción de ropa se haya duplicado en 15 años.
Por otra parte el lavado de las prendas, también es una etapa donde podemos impactar negativamente, por el consumo de agua y porque las prendas fabricadas a partir de derivados del petróleo liberan “0.5 millones de toneladas de microplásticos”que van directamente al mar. (Ellen MacArthur Foundation, A new textiles economy: Redesigning fashion’s future)
Luego del uso, tampoco hay un tratamiento responsable de la ropa y tela que no se usa, es por eso que decimos que en Minka decimos que la “tela es el nuevo plástico”, el informe de Ellen MacArthur Foundation sobre el impacto de los textiles, nos muestra un escenario devastador, donde solo el 12% de los desechos textiles se reutiliza o recicla, fuera de la industria de la moda y en productos de menor valor y el 73% va a vertederos o incineradores. Sólo el 3% de los textiles desechados se revalorizan para generar nueva ropa.
" Cuida de tu ropa como lo buena amiga que esta es" Joan Crawford. Exposición @wechangefashion Nueva York, Octubre 2018.
La magnitud de esta industria ha sido causante de problemas ambientales y sociales, por eso al mirarla críticamente las marcas de moda han invertido en mejorar sus prácticas e impacto, y queremos difundir, investigar y crear de forma consciente, mejorar los procesos e impactar positivamente a las personas y al planeta, porque esa debe ser la nueva forma de hacer moda.
Cuando hablamos de cambio climático es importante hablar de moda porque podemos usar el poder de la moda para cambiar hábitos y empezar desde este lugar a hacer un mundo mejor. ¿Te sumas?
Bibliografía:
Ellen MacArthur Foundation, A new textiles economy: Redesigning fashion’s future, (2017, http://www.ellenmacarthurfoundation.org/publications).
Greenpeace Detox my fashion ONU UN Alliance for Sustainable Fashion https://unfashionalliance.org/
https://www.elmundo.es/internacional/2018/04/24/5adf0ca6e2704e18538b461a.html
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